Una psicóloga, un coach y un mentor entran en un bar…

Una psicóloga, un coach y un mentor entran en un bar

Los chistes típicos alrededor de un pastor, un sacerdote y un rabino entrando en un bar, siempre traen como final cómico la propuesta más astuta de alguno de ellos. Para este artículo he invitado a los miembros de la psicología, el coaching y la mentoría… A ver cómo sale.

La psicóloga

“Tratar los traumas del pasado son mi negocio. Escucho tantas historias de mis pacientes que en ocasiones me siento como espectadora de una serie con muchas temporadas. ¡Es bastante emocionante! Y si puedo ayudarlos a sanar con ciencia para que le den un final a sus espirales, ya me siento como la mejor directora de la academia”.

El coach

“Yo soy como un copiloto de ruta. Mi negocio es ayudar a mis coachees a encontrar el turbo para que despeguen sus planes de acción para mejorar su presente, con miras a ganarse el fututo que se merecen. Soy el mediador entre la objetividad y su subjetividad. Suele haber turbulencia en sus viajes y cuando las superan me doy por bien servido”.

El mentor

“¿Traumas, copiloto…? !Vaya profesiones de riesgo! A mi llegan sin darme cuenta, me dicen que les he enseñado cosas, que soy su inspiración. A la mayoría ni siquiera los conozco, a otros los sientan a mi lado para que observen lo que hago. Alguno me ha pedido que narre mis experiencias de éxito, cosa que me encanta… ¡Y todo esto gratis! Creo que estoy en el negocio equivocado”.

Como ven, inventar chistes no es lo mío, de hecho mi memoria se rehúsa a conservarlos. Lo que pretendo con esto es que echemos mano a cualquiera de estos tres profesionales en cualquier fase de nuestras vidas, sobre todo en aquellas donde queremos cambiarnos y vivir la vida con la sonrisa bien puesta mientras ganamos dinero —o no— haciendo lo que nos gusta.

Un buen psicólogo, con ayuda de herramientas científicas, te ayudará a desenterrar los cadáveres de tu patio trasero o sacarlos del armario, o dónde sea que tengas ocultas tus nefastas memorias del pasado que no te dejan avanzar.

Superado lo de los traumas y demás, algunas sesiones de coaching en temas más específicos respecto a lo que quieras construir de aquí en adelante, te ayudarán a ver la amplia paleta de opciones que existe en tu campo. Tenemos el poder de elegir y por eso siempre habrán opciones, aunque no puedas verlas en tiempos de turbulencia.

Los mentores representan la práctica y puesta en marcha de la teoría. Encontramos la utilidad del conocimiento teórico cuando lo vemos en acción. En nuestro estado más puro de ignorancia, viéndolo como algo positivo, el hambre y la curiosidad nos llevan a la observación de aquellas personas que ya han pasado por las etapas que decidimos también abordar. Así que mantén siempre en tu radar a quienes ya han dado los pasos que tú pretendes dar.

Necesitas a estos tres personajes en tu vida, y no hace falta que te embargue la locura, que no sepas por dónde empezar o que necesites desesperadamente del consejo de los sabios. Pedir ayuda para crecer es tan válido y necesario como pedir ayuda para curarse.

Si tienes dudas de lo anterior, siempre puedes preguntarle al bartender del bar donde suelen ir la psicóloga, el coach y el mentor, quien con seguridad sabe cómo trabajan estos tres.

Gracias por leer y hasta la próxima vaina.

Sandra.

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