La cultura de la chancleta es el conjunto de acciones que remiten al sujeto a un grado de relajación extrema durante las etapas más importantes de su existencia, tales como el trabajo, la superación personal, crianza de los hijos, etc. Esta tendencia, pretende que el éxito llegue por ósmosis o teletransportación, donde su herramienta estratégica es la llegada de los milagros aún en ausencia de fe. Dar sin esperar nada a cambio no es admisible, y el aprendizaje es opcional sólo si hay situaciones urgentes, de fuerza mayor o hechos fortuitos, en cuyo caso habría que solicitar una indemnización.
A continuación, algunas de las situaciones más comunes dentro de esta cultura:
– «Para mañana estará listo. Pero para estar más seguros, el lunes lo tendrá en su escritorio».
– «Déjalo así, el jefe no se enterará».
– «Si llego tarde, me iré tarde. ¿Qué más da? Igual, estoy reponiendo el tiempo, ¿no?»
– «Cien impresiones a color no harán pobre a la empresa. Mi hijo necesita sacar la nota máxima y ser el mejor de la clase». A este comportamiento se le denomina la Moral de la Chancleta.
– «Llevaré algunas uvas, pero primero me comeré un par para ver si están dulces. ¿Cómo estarán las fresas y los arándanos?» A este comportamiento se le denomina Chancleta Free Gourmet.
– «El estacionamiento está repleto, y necesito comprar el regalo ya mismo! me estacionaré en el espacio azul, solo serán cinco minutos».
– «Mamá, pero si tu también dices mentiras, ¿por qué no las puedo decir yo?. – Porque soy un adulto!»
– «No pasa nada por tirar un pequeño papel en la calle. De todos modos, del pago de mis impuestos sale el salario de los aseadores municipales». A este comportamiento se le denomina la Chancleta Impositiva.
– «Ni modo, la tarjeta de crédito la pagaré con retraso otra vez, me urge tener el nuevo celular». Este comportamiento suele ir ligado a utilizar la alacena para guardar ropa. ¿Para qué gastar en comida? La comodidad de la chancleta se hace indispensable para llegar a metas cómodas, sin sudor ni lágrimas; y eso que llaman aprender, es equivalente a tener que ejercitar el cerebro. Nota: la chancleta y el cerebro tienen diferencias irreconciliables. Piénselo mejor antes de usar chancleta, podría ser parte de este movimiento creciente sin darse cuenta. En su lugar, desempolve sus zapatos deportivos y empiece a correr, irrumpa en espacios cómodos y tome esas oportunidades que los chancleta «fans» usan como pisa papeles. Sea la tortuga de la fábula, y tome ventaja de la comodidad de su adversario.
Gracias por leer y nos vemos en la próxima vaina.
Sandra.