Las relaciones tóxicas en mi época laboral tenían otros apelativos: “me la tiene montada (bullying)”, “me quiere quitar el puesto”, “haz mi trabajo otra vez, ya haré el curso de Excel/Inglés el otro mes”.
En mi caso, lo tomaba como parte del precio que tenía que pagar por hacer carrera profesional, y reconozco que le temía a la confrontación para detener la toxicidad, pero para mi fortuna y como premio a mi paciencia, las revelaciones que me llegaron después son oro puro de El Dorado:
- Otros tienen más miedo que tú, no lo pueden controlar y eso saca lo peor de sí mismos.
- El ego inflado es una tapadera para ocultar la falta de eficiencia y de destreza profesional.
- La madurez emocional no es una prioridad para todos, algunos prefieren la supervivencia laboral y apelan a la teoría de Darwin*.
- Hay personas que odian su trabajo, te usan de saco de boxeo y luego regresan a su casa a llorar.
- Ansiar poder como hito de superación no hace profesionales de valor si se usa para reclamar estatus. Nada más superficial que la toxicidad con este anhelo.
- El departamento de recursos humanos ha dejado de mediar y conciliar escudándose en “esto no es una guardería”. Otros que tienen miedo a la confrontación.
- Colaboradores estáticos que ya hacen parte del inventario de la compañía por su larga trayectoria no son superiores ni saben más, solo decidieron dejar de aprender.
- “Prefiero que me llame Doctor, Ingeniero, Su Majestad”. Los problemas de autoestima, no se arreglan con los títulos.
- La experiencia y trayectoria no pueden quedarse en un pedestal exigiendo respeto. Sirven más si bajan a tierra para ser mentores.
- Algunos niveles de toxicidad merecen indiferencia, la atención es su combustible.
- Si una relación laboral tóxica arrebata la tranquilidad se tienen tres salidas: confrontar, ignorar o cambiar de trabajo. La última suena a vía de escape, pero… ¿Acaso tu paz no lo vale?
- Los comentarios de pasillo sin antecedente ni confirmación (A.K.A. chismes) son un excelente indicador de que haces bien tu trabajo. Mejor dejarlos pasar y aclarar con acciones.
- Los personajes tóxicos suelen ser fanáticos extremistas de alguna corriente. Están adoctrinados y es mejor no invertir tiempo en sus discusiones.
- No todos merecen una confrontación con buenos modales.
- Los tóxicos te dirán que tienes un problema de actitud, cuando en realidad son ellos quienes tienen un problema con tu actitud y ese es solo su problema.
- Una relación de trabajo tóxica es envidia, temor, falta de comunicación y mala suerte. Si se transforma una de ellas, se acaba el hechizo. Excepto la mala suerte, que la culpamos de todo y no es responsable de nada.
Pregunta : ¿Si dialogar no es suficiente, de qué otra manera se puede erradicar la toxicidad de las relaciones laborales?
Gracias por leer y nos vemos en la próxima vaina.
Sandra.
__________
* Desde hace algunos años se viene cuestionando a Charles, pues parece que en realidad sobrevivía el que menos hacía. Querido Darwin, tus colegas de la era moderna tienen una teoría bastante lógica y es que hasta la teoría de la evolución tiene que evolucionar. Dale un vistazo al estudio y ya nos avisarás: https://bit.ly/3ahzbCy