«Si la indecisión fuera un deporte olímpico, Paula sería multicampeona».

Elegir qué desayunar en la mañana era un dilema.
Elegir un color de esmalte, una crisis existencial.
Y no hablemos de tomar una gran decisión, porque eso requería:
🗳️ Consultar a cinco amigos.
🔍 Buscar en Google: «¿Cómo saber si estoy tomando la decisión correcta?».
📝 Hacer una lista de pros y contras.
😕 Dudar, replantear todo y volver a empezar.
Paula vivía en un estado de alerta permanente 🚨.
Siempre tenía un plan B, C y Z por si acaso.
Siempre imaginaba los peores escenarios.
Siempre estaba «preparada para lo peor.»
Porque en su mente, confiar en sí misma era demasiado arriesgado.
«¿Y si me equivoco?».
«¿Y si todo sale mal?».
«¿Y si me arrepiento y termino mendigando amor como en una telenovela?».
Sí, su cerebro no tenía límites cuando se trataba de imaginar desastres 🌪️.
La cobardía te protege… Pero te congela y te encoje.
El punto de inflexión: Cuando dejar a su novio parecía misión imposible.

Paula llevaba un año queriendo terminar con su novio, pero su ansiedad la frenaba: «¿Y si me arrepiento?» «¿Y si no encuentro a alguien mejor?» 😱.
Hasta que un día, él le preguntó:
— Paula, ¿te pasa algo? Te noto distante.
— No, todo bien.
Pero luego él soltó:
— Me encanta que estemos juntos, siento que somos almas gemelas.
En ese momento, Paula sintió un pánico existencial. ¿Y si por no decidirse quedaba atrapada? 😮
Finalmente, respiró hondo y dijo:
— Creo que… esto no está funcionando.
— ¡Ah, ya lo sospechaba!
Paula se quedó en shock. ¿Tanto sufrimiento para esto? Y entendió: «La vida sigue, incluso cuando tomo decisiones difíciles» 😮💨.
El primer paso: Tomar una decisión y no huir.

Al día siguiente, Paula hizo un experimento radical 😳:
✔️ Fue a un restaurante y pidió SIN mirar el menú por 20 minutos.
✔️ Escogió una película SIN buscar reseñas antes.
✔️ Tomó una decisión rápida y no se permitió cuestionarla.
El resultado fue revolucionario. El mundo no explotó 🧘♀️.
No quedó atrapada en una dimensión paralela.
Y lo más sorprendente: se sintió increíblemente libre 🎈.
Porque, por primera vez en su vida, no dejó que el miedo decidiera por ella 😎.
El miedo no desaparece por arte de magia, sino por arte de acción.
Viviendo desde su esencia: Confianza en sí misma.

Con el tiempo, Paula entendió que no había certezas absolutas, pero eso no era malo.
🙂 Aprendió a confiar en sus elecciones sin necesitar la validación de otros.
☺️ Descubrió que dudar es natural, pero no debe ser un freno.
😄 Se dio cuenta de que la seguridad real viene de dentro, no de buscar garantías externas.
Y lo más hermoso: descubrió el coraje 💪.
Esa fuerza que viene cuando entiendes que el miedo no tiene que paralizarte, sino impulsarte 🚀.
Las prácticas que la ayudaron a transformarse 🦋:
✅ Hacerse amiga del miedo: En vez de huir, verlo como un maestro.
✅ Ser su principal referente: No depender de 700 opiniones externas para tomar decisiones.
✅ Confiar en la vida: Porque la vida fluye mejor cuando dejas de dudar de cada paso.
¿Qué pasaría si hoy decides confiar en ti sin sobreanalizarlo tanto?
Si te sientes identificada con la historia de Paula (eneatipo 6) y quieres profundizar en cómo eres, haz el test del Eneagrama de la Personalidad 🍭 para que tengas un punto de partida para convertirte en la mujer que siempre has querido ser: Una mujer LIBRE 💥.
Gracias por leer y hasta la próxima…
Tu coach,
Sandra ✨